Clústeres gallegos exigen políticas energéticas que fortalezcan la competitividad y reduzcan costes para la industria local

Los objetivos de descarbonización y transición energética establecidos por la Unión Europea marcan el inicio de una nueva era más limpia y sostenible, pero esta apuesta por las energías renovables, sin duda necesaria, pone en una situación muy delicada a las industrias de los Estados miembros, obligadas más que nunca a competir en un mercado global donde las reglas del juego no son las mismas para todos.

Los países no pertenecientes a la UE cuentan con regulaciones muy diferentes, más laxas con las exigencias que implica una economía verde. Tienen más ayudas públicas que las que otorgan los gobiernos europeos y legislaciones más permisivas, menos respetuosas con los trabajadores y con el medio ambiente.

Frente a este escenario, los altos costes de la energía son un gran obstáculo para la competitividad de nuestras industrias y, paradójicamente, Galicia, una potencia en energías renovables, no es la excepción.

Por esta razón, desde 12 clústeres de Galicia (logística, automoción, naval, TIC, energías renovables, construcción, granito, pizarra, textil, turismo, economía circular y alimentación) estamos convencidos de que el aprovechamiento de nuestros recursos naturales debe repercutir directamente en las industrias y en los consumidores gallegos y, por eso, las medidas que tengan como objetivo que la producción eléctrica de origen renovable en Galicia contribuya a reducir la factura eléctrica de las empresas, no son sólo necesarias, sino indispensables.

Es necesario que el gobierno de nuestra Comunidad Autónoma, Galicia, condicione el desarrollo de las energías renovables en esta región a su desarrollo económico. El suelo y el recurso son finitos, y por tanto una ordenación territorial responsable de Galicia exige que sólo se instalen en nuestro territorio aquellos proyectos de renovables que generen retorno a nuestras empresas y aumenten su competitividad, bajando los precios eléctricos. El gobierno gallego parece tener esta sensibilidad, y, por los datos que conocemos, a ello responden las medidas energéticas anunciadas por la Xunta de Galicia.

En este sentido, para afrontar los desafíos que marca Europa, 12 clústeres de Galicia (logística, automoción, naval, TIC, energías renovables, construcción, granito, pizarra, textil, turismo, economía circular y alimentación) que representamos a más de 8300 empresas, que generan más de 52 mil millones de euros y cerca de 150.000 puestos de trabajo, consideramos imprescindible:

  • La implicación real de las distintas administraciones y la puesta en marcha de medidas que nos permitan competir en un mercado cada vez más globalizado. Estamos convencidos de que los desafíos son grandes, pero también las oportunidades.
  • Diseñar políticas no cortoplacistas que fortalezcan nuestro tejido productivo. El camino hacia la transición energética no tiene retorno y es indispensable estar preparados.
  • Reclamar propuestas concretas en materia energética, con precios estables y competitivos que nos permitan crecer y a la vez estar a la altura del Plan Industrial del Pacto Verde.
  • Demandar medidas de apoyo desde diferentes ámbitos (regulatorio, económico, financiero, gubernamental) que actúen de trampolín para cumplir con las exigencias de la Unión Europea, para hacer de Galicia un territorio más fuerte, competitivo y desarrollado económicamente.

La necesaria colaboración del sector (promotores y cadena de valor) para que, en base a acuerdos, se pueda llevar a cabo el objetivo indicado.